martes, 11 de diciembre de 2007

Homenaje

Para la libertad sangro, lucho, pervivo. Para la libertad, mis ojos y mis manos, como un árbol carnal, generoso y cautivo, doy a los cirujanos.

Hoy he leído un poema y me he acordado de vuestras fotos. Tengo veinte años más que vosotros. Veinte años más que nunca cumpliréis. He visto a tu padre morderse los labios y mirar al cielo. He visto a tu madre encogerse de dolor, hasta casi desaparecer.


Para la libertad siento más corazones que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas, y entro en los hospitales, y entro en los algodones como en las azucenas.

En homenaje a Raúl Centeno y Fernando Trapero, asesinados.

10 comentarios:

Maripuchi dijo...

Precioso poema.
Un beso enorme.

Juan Luis Nepomuceno González dijo...

En este puñetero país, la libertad siempre ha costado demasiada carne talada.
Ya me disculpé en mi blog por mi torpeza y lo reitero aquí.
Un saludo y, como dice Silvio, un fuerte abrazo revolucionario.
Yo quiero ser llorando el hortelano,
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

animalpolítico dijo...

Chapeau, por un texto emocionado y emocionante.

23 y 24 años, ¿no? ¡Qué estúpidos seres sanguinarios!

Blanca dijo...

Cada palabra de ese poema sigue dolorosamente vigente, como si no hubieran pasado 70 años. Es lástima tener que aplicarla para homenaje a dos críos, que me han dolido igual que si fueran míos...

Luis dijo...

"Y esos pobres muertos no se mientan aquí para nada", decía un cafre en el video que colgó ayer. Pues sí, se mientan pero más civilizadamente.
La poesía puede ser un buen modo de decir, a medias, cosas que de otra manera no estamos seguros de poder decir --y mantener la talla en el intento--.
((Nota al margen, cuando ayer dije "triste", estaba diciendo a medias... creo que lo que usted piensa a las claras))

Raúl Pleguezuelo dijo...

Bonito homenaje, la muerte de estos chicos también me ha afectado particularmente, por una parte llevo muchos años relacionándome con la guardia civil por mi trabajo, y por otra parte, uno de los chavales asesinados por estos cobardes, tiene un par de años más que mi hija.
No entiendo como puede haber quien no quiera que se intente acabar con esta sin razón, no hay precio tan caro como la perdida de una vida.

Freia dijo...

¡Qué dolor que una canción que nació como homenaje a la vida, tenga que servir de digno panegírico contra la muerte atroz que se ha comido a tantos (parafraseando a don Silvio)!
A Miguel Hernández le habría gustado tu post, Gracchus.

Eulalia dijo...

He pinchado en el video que ha puesto Maripuchi. No sé si alguien más lo ha hecho, pero ¿os habeis fijado en los letreros que aparecen?. Así iba el país en aquellos tiempos, y así quisieran muchos que siguiera yendo. Otros quieren que vaya como ellos quieran, (y lo más probable es que su visión de su país no difiera demasiado de aquel), aunque sea a punta de pistola.Saludos.

rosamari dijo...

Unas vidas apenas apuntando hacia un futuro.

Canallas de lo peor da la tierra vasca, seguís matando por la espalda. Cobardes, malnacidos.

Antonio Parra dijo...

Estos asesinos a sueldo, fanáticos de la intolerancia y del y la injusticia más cruel, cabrones de mala sangre, desperdicios de los estercoleros.......Estos hijos de puta no merecen siquiera la consideración de aborrecibles seres humanos.
Grauchus, te leía y cantaba al mismo tienpo. Al final se me heló la sangre.
Salud compañero.

Pero no acompañó a Eduardo

Pero no acompañó a Eduardo