miércoles, 25 de abril de 2007

25 de abril, mi Lisboa, donde nació mi padre.

8 comentarios:

RGAlmazán dijo...

¡Qué recuerdos! La revolución de los claveles, fue para los que creíamos en la democracia una revolución nuestra. Tan cerca, tan pacífica, saliendo de un régimen muy parecido al nuestro.
Yo la viví con entusiamo y recuerdo que fue estimulante.

Salud y República

Blanca dijo...

Comparto contigo la envidia que entonces sentimos, Rafa. Desde ese día hasta nuestro particular 20-N pusimos nuestros ojos en el vecino, deseando que aquí pasara algo parecido, pero nuestro dictador particular murió en su cama, muy perjudicado, sí, pero en su cama.

Maripuchi dijo...

Recuerdo una jarrita con claveles en casa. Creo, de hecho, que la rompí en varias ocasiones (siendo reparada en todas ellas). Siempre me pregunté por qué tanto amor a aquella jarrita. Ahora lo entiendo.

Besos.

J. G Centeno dijo...

Fue absolutamente emocionante ver las calles de Lisboa con los cañones de los tanque adornados con claveles, aquí todo el mundo se puso a mirar al teniente general Diez-Alegría, lo que al final le costó el cese como jefe del estado mayor del ejército. Georges Moustaki sacó una canción, que no se escuchó, por razones obvias en España:
A ceux que ne croient plus
voir s'accomplir leur ideal
dis-leur qu'un oeuillet rouge
a fleuri a Portugal
On crucifie l'Espagne
On torture le Chili
La guerre du Vietnam
n'est pas encore fini
mais un oeuillet rouge
a fleuri a Portugal.
Supongo que todos los rojos son afrancesados como yo pero por si acaso la canción viene a decir que para todos aquellos que están perdiendo la esperanza de ver cumplir sus objetivos, un clavel rojo ha florecido en portugal, en España, Chile, Vietnam, etc.
Al año siguiente a mi facultad (Ciencias de la UAM) la adornamos convenientemente con claveles y carteles, hasta que entró la policía y los quitó de malos modos.
Detuvieron a gente que llevaba un clavel en la solapa, incluso a un novio que iba casarse. Eran así de bordes.

animalpolítico dijo...

No tengo recuerdos propios de aquello. Yo tenía ocho años y mi entorno no estaba interesado en la política.

Pero la historia es realmente muy hermosa.

Gracchus Babeuf dijo...

Mi francés está un poco oxidado, pero en tiempos fue excelente. Un saludo afrancesado.

Gracchus Babeuf dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Gracchus Babeuf dijo...

A los que ya no creen
ver cumplir su ideal
diles que un clavel rojo
ha florecido en Portugal.
Crucifican a España
Torturan a Chile.
La guerra de Vietnam todavía no ha acabado
pero un clavel rojo ha florecido en Portugal

Pero no acompañó a Eduardo

Pero no acompañó a Eduardo