lunes, 9 de julio de 2007

Pues quita el candelabro, muchacho.


Hoy han tomado posesión los cuatro nuevos ministros del Gobierno de ZP,


Los cuatro han optado por prometer el cargo, con su mano derecha sobre la Constitución. Los cuatro han preferido no hacer un juramento de contenido confesional, jurando sobre la Biblia.


Muy especialmente, el nuevo Ministro de Sanidad ha luchado contra el integrismo religioso que pretendía prohibir el estudio de las células madre. Ciencia contra religión.


¿Y por qué han tenido que prometer sobre una mesa presidida por un candelabro con un señor torturado y crucificado, que es un símbolo religioso?


Si ninguno de los ministros que tomaban posesión reclamaron la presencia de símbolos religiosos, ¿Qué hacía el crucifijo presidiendo la ceremonia? ¿es capricho del rey?


Pues quita el candelabro, Muchacho.


9 comentarios:

Maripuchi dijo...

Eso mismo me he preguntado yo mientras veía las imágenes de la toma de posesión en el telediario ....

El martes que viene me reuno con el alcalde para ver qué se puede hacer en torno al tema laicidad... seguiremos informando....

Unknown dijo...

Cogiendo el rábano por las palabras copio unos párrafos del artículo de Juan Goytisolo que hoy publica el Pais.
Si el lector tiene oportunidad es mejor que lea el artículo completo, aquí solo traigo algunos párrafos.(la negrita es mia)

TRIBUNA: JUAN GOYTISOLO
Nostálgicos del Trono y del Altar
(…) El homenaje de pleitesía a quien mejor encarna posiciones que en otros tiempos eran denominadas ultramontanas y que hoy lo son de integristas tiene al menos el mérito de dejar las cosas claras: para algunos la sociedad española, liberada al fin de siglos de tutela eclesiástica, debería someterse de nuevo a los preceptos y prerrogativas que la actual jerarquía religiosa añora y reclama en su peculiar guerra santa
El actual e imparable proceso de apertura de la sociedad hispana eriza los cabellos de nuestros santos tonsurados. Sus iglesias se vacían, un creciente número de jóvenes se proclaman agnósticos y, la grey se aleja de ellos y no atiende a sus diatribas contra el funesto radicalismo que "niega la libertad religiosa(…) sueñan en el retorno a la alianza del Trono y el Altar. (…)¡No importa que el anatema contra los anticonceptivos condene a millones de africanos a una muerte lenta, víctimas del "monstruo de las dos sílabas", si sus sufrimientos en este bajo mundo le redimen de sus pecados (o de los de sus padres) y facilitan su acceso a la gloria eterna en el Más Allá!
Las tesis de Huntington sobre el choque de civilizaciones no concierne por ahora a nuestros dómines.
La Iglesia de Roma no busca la confrontación con el islam: secretamente, lo admira y envidia. ¿Cómo se las arregla para mantener la fe de sus fieles y para congregarlos en sus templos en tanto que los suyos cierran por falta de público y las ovejas de su antiguo rebaño se entregan al hedonismo más descarado? El culpable es el laicismo, ese laicismo que permite vivir a cada cual conforme a su conciencia.
(…)Y, en vez de proceder a un examen de su vida y conducta y a corregir su muy poco cristiana ostentación de riqueza, nuestros obispos vuelven la mirada hacia atrás. A la bendita época de Fernando VII y del generalísimo Franco, a esos centenares de mártires beatificados por Juan Pablo II en Valencia, a quienes el actual arzobispo de la ciudad, Agustín García-Gasco, quiere erigir un templo a imitación del excavado en el Valle de los Caídos. (…)Lo que aprendieron duramente los españoles de derechas o de izquierdas tras 150 años de guerras civiles -acabar de una vez por todas con los hechos, situaciones y doctrinas que las provocaron- choca frontalmente con el programa de Rouco, Cañizares y de los portavoces de la cadena episcopal. Si no hay clima de guerra civil, habrá que inventarlo. España agoniza, vuelven los tiempos en los que será necesario defender los principios que sustentan con peligro de sus personas (y de las de los demás). Tales dislates, repetidos a diario, no responden, para desdicha suya, a realidad alguna.(…). La tolerancia y el respeto a la libre conciencia de los ciudadanos no matan a nadie. Son los fanáticos e intolerantes de toda laya quienes manchan sus manos de sangre. Menos de la suya, claro, que de la de los demás.

Maripuchi dijo...

Excelente artículo, Spook. Gracias por traerlo.

animalpolítico dijo...

¿Os habéis fijado en la 'bienvenida' que le han dado al nuevo ministro de Sanidad los obispos desde su emisora, por boca de esos 'cristianos' mensajeros?

Maripuchi dijo...

No, animal .. hoy no he tenido el disgusto de oirles ...
Pero viendo el perfil del interfecto me imagino por dónde iba la omilía. Allá ellos...

Blanca dijo...

Para mi es el mejor nombramiento de todos los que se han hecho en los últimos lustros: mirar el futuro con valentía, pensar en curar, de verdad... investigar para apoyar al ser humano a alejarse del sufrimiento...

¿Que coño quiere la iglesia católica, llena de inquisidores retrógrados? ¿Volver a matar civilmente a Galileo?

Gracias por darnos pie para manifestarnos, gracchus... y gracias spook, Goytisolo pone en palabras hermosas lo que tantos sentimos...

Anónimo dijo...

Pues si al monarca le gusta el candelabro, que se lo lleve a casa, se lo regalamos.
El que quiera jurar sobre algún símbolo, que se lo traiga de casa.

Salud.

Gracchus Babeuf dijo...

No se si será un buen gestor, pero el nuevo ministro de sanidad es un manifiesto en sí mismo: Cuando gobernaba el PP, tuvo que irse de España para continuar su investigación. Es una persona reconocida internacionalmente en la investigación de células madres, y terapiagénica. ES la ciencia contra la fe.

SyrianGavroche dijo...

Me alegré mucho del nombramiento del ministro de sanidad. Es verdad que dicho ministerio no es de los que mas poder tienen ya que gran parte de las responsabilidades sanitarias son competencia autonómica, pero me parece un reconocimiento que la izquierda le debía a un gran científico y a un luchador por la ciencia.

Pero no acompañó a Eduardo

Pero no acompañó a Eduardo