Una vecina de Chamberí, con dos hijos pequeños, acogió con alegría la noticia de que iban a construir un parque encima del depósito del Canal de Isabel II, en la calle Islas Filipinas. Meses después, su gozo en un pozo. Gran parte del parque desaparecía, convertido en un surrealista campo de golf urbano. Campo delimitado por torres metálicas de treinta metros, que sujetan redes, para evitar que las pelotitas caigan a la calle. El aspecto final es el de una descomunal pajarera, presidida por unos cajones de dos pisos, donde estabulan a los deportistas a practicar los tiros.
Lo lamentable es que los pájaros están fuera, no dentro.
La gestión del ‘complejo deportivo’ se adjudicó a Soto Once, empresa con extrañas conexiones con Romero de Tejada. ¿Ven Ustedes como lo de la pajarera no es descabellado?
Esta vecina, indignada por la estafa, plantó una pancarta en su balcón, lo que inició una cadena de movilizaciones contra el campo de golf, y consecuentemente contra el gobierno regional que perpetró el disparate.
Este grupo, acudió al parque de Santander, junto al Canal, armado de peligrosas armas: picos, palas y plantas. Y cometieron un terrible delito en el Madrid actual: Plantaron una morera.
El fiscal pide una pena de multa, por una falta de coacciones al guardia de seguridad.
El guardia aseguró que “no hubo insultos ni amenazas, pero que el lugar estaba lleno de picos, palas y azadones, que pudieran ser utilizados como armas”.
(Lo que les cuento es cierto. No tengo tanta capacidad de fabular.)
Tenemos que combatir el terrorismo del peligroso clan de la morera.
Lo lamentable es que los pájaros están fuera, no dentro.
La gestión del ‘complejo deportivo’ se adjudicó a Soto Once, empresa con extrañas conexiones con Romero de Tejada. ¿Ven Ustedes como lo de la pajarera no es descabellado?
Esta vecina, indignada por la estafa, plantó una pancarta en su balcón, lo que inició una cadena de movilizaciones contra el campo de golf, y consecuentemente contra el gobierno regional que perpetró el disparate.
Este grupo, acudió al parque de Santander, junto al Canal, armado de peligrosas armas: picos, palas y plantas. Y cometieron un terrible delito en el Madrid actual: Plantaron una morera.
El fiscal pide una pena de multa, por una falta de coacciones al guardia de seguridad.
El guardia aseguró que “no hubo insultos ni amenazas, pero que el lugar estaba lleno de picos, palas y azadones, que pudieran ser utilizados como armas”.
(Lo que les cuento es cierto. No tengo tanta capacidad de fabular.)
Tenemos que combatir el terrorismo del peligroso clan de la morera.
La foto la publica Hugo en 3ª República. Sospecho que es cómplice de esta panda de peligrosos revolucionarios.
5 comentarios:
Sí, lo confieso, soy cómplice.
Sólo añadir una cosa: la gestión se ha concedido a tres empresas. Una es Soto Once, que efectivamente está ligada a Romero de Tejada; otra es ACS, Florentino Pérez, que está ligado a todo dios; y la otra es del testaferro del hermano y el cuñado de Ignacio González, vicepresidente de la Comunidad de Madrid y director del Canal de Isabel II. La historia de esta concesión la investigó Manuel Rico en Tiempo y la podéis ver aquí: http://www.tiempodehoy.com/default.asp?idpublicacio_PK=50&idioma=CAS&idnoticia_PK=41671&idseccio_PK=612&h=
Un saludo,
hugo
Es aberrante lo que están haciendo entre la una y el otro... No sé qué os va a quedar después de los cuatro años que tienen por delante...
Lo he oído esta mañana en la radio, parece subrealista, según parece hasta han acusado a un mendigo andaba cerca de la escena del crimen, je,je.
Una pregunta: ¿Qué pasa con el golf? es que no entiendo esa afición tan fanática que haga que se construya un campo de golf en medio de las ciudades o que precisamente las regiones con mas problemas de sequía sean las que mas campos de golf tengan...
Es una rallada propia, igual es una impresión mía...
Un saludo!!!
Yassin, yo también me lo pregunto a menudo ...
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