martes, 10 de julio de 2007

Fotos




Hoy pongo dos fotos que me han gustado. Me han hecho pensar.






Primero, veo que todos los padres sufren igual la muerte de sus hijos. Sean occidentales, o musulmanes o azeríes. Estamos genéticamente programados para enterrar a nuestros padres, pero no podemos soportar la muerte de nuestros hijos. Y si sufrimos en un caso, nos desgarramos en el otro.


Foto de AP.




Y la otra foto es más simpática: El nuevo ministro de Cultura visita a Francisco Ayala, que tiene 101 años, y por lo que se ve en la foto, le quedan otros tantos. Y porque me gustan los niños y los viejos.

Fabulosa foto de Uly Martín

6 comentarios:

Maripuchi dijo...

La primera foto es sobrecogedora. Yo no lo quiero ni pensar...

La segunda, bien dices. Divertida.

Blanca dijo...

La primera es la que produce gran rechazo... llevo todo el día pensando en ella y sin saber qué decir... lo antinatural es sobrecogedor y uno intenta huir de esa imagen.

Una vez me comentaba garib, o no me acuerdo si fuiste tu, que cuando escribes una entrada en la que esperas muchas opiniones, la imagen te acobarda y la tendencia general es asumir la táctica del avestruz y marchar a "enredarse" a otros lares... se me ha hecho visible la opinión de una manera brutal... tanto que ni apetece pararse en la de más abajo.

Un beso, gracchus.

Gracchus Babeuf dijo...

¿Por qué luchas, por qué vives, por qué lloras?

El compromiso vital con tus hijos, con tus vecinos, con una opción política, no es más que una forma social de vestir tus sentimientos más viscerales. Cuando lucho contra la invasión de irak, debo sentir lo que se siente bajo las bombas, o cuando entierras a tus hijos. Cuando vas al mercado y no sabes si podrás volver a casa, o morirás asesinada.

Hoy lo comenté sobre el aniversario de miguel Ángel Blanco. Yo estaba cambiando los pañales a mi hijo mayor, que tenía seis meses. En la tele dieron la noticia de que un canalla había disparado dos veces sobre la cabeza de Miguel Ángel. Y yo tenía entre mis manos una vida nueva.

Mi compromiso político no es teórico. Cuando lucho por la paz, lucho por la paz de mis hijos. Cuando lucho por la enseñanza, lucho por la enseñanza de mis hijos. O de tus nietos, Blanca. No es teoría: Es aulas, libros, sanidad, investigación.

Gracchus Babeuf dijo...

Joder, perdón.

Blanca dijo...

Perdón nada... llegaremos a la "ducha final" algún día... seguramente yo no lo veré... pero sí lo verá sangre de mi sangre y ese será mi legado.

Mientras tanto, activistas todos, un paso atrás ni para tomar impulso...

Scout Finch dijo...

Como decían los de mi generación, eres la caña, Babeuf.

Un besazo.

Pero no acompañó a Eduardo

Pero no acompañó a Eduardo