lunes, 21 de mayo de 2007

León Felipe


Había un hombre que tenía una doctrina.

Una doctrina que llevaba en el pecho(junto al pecho, no dentro del pecho),

una doctrina escrita que guardaba en el bolsillo interno del chaleco.

Y la doctrina creció.

Y tuvo que meterla en un arca, en un arca como la del Viejo Testamento.

Y el arca creció.

Y tuvo que llevarla a una casa muy grande. Entonces nació el templo.

Y el templo creció.

Y se comió al arca, al hombre y a la doctrina escrita que guardaba en el bolsillo interno del chaleco.

Luego vino otro hombre que dijo:



El que tenga una doctrina que se la coma, antes de que se la coma el templo; que la vierta, que la disuelva en su sangre, que la haga carne de su cuerpo... y que su cuerpo sea bolsillo, arca y templo.

3 comentarios:

RGAlmazán dijo...

Real y bueno. Amigo, siempre tan acertado en tus elecciones de poesía, música o vídeos.

Salud y República

Maripuchi dijo...

plas plas plas plas

Blanca dijo...

Maravilloso Leon Felipe... lástima que tuviera que irse de su patria, como tantos otros...

Pero no acompañó a Eduardo

Pero no acompañó a Eduardo