Don J G Centeno me pasa una bola, como un guante desafiante.
No me pregunta cuál es mi lugar, sino cuál es mi tiempo.
Para saber a lo que me enfrento, releo su entrada, y la comparto.
Siempre quisimos volver al lugar donde nos quisieron.
Para saber a lo que me enfrento, releo su entrada, y la comparto.
Siempre quisimos volver al lugar donde nos quisieron.
O donde aprendimos a entregarnos. O donde, ilusos, pensamos que nos querían. El sexo también tiene su peso, la verdad.
Pamplona, 8 de julio de 1984.
También se fue. ¡Qué desalmada!
¿Dónde se habrá metido esa mujer?
Pues seguro que acabó con un tipo mucho más petardo que yo, que soy una joya con sombrero.
9 comentarios:
No te lamentes, gracchus, si se fue es que no te merecía... de esos tengo yo una lista... casi tan larga como la tuya y con fechas variadas, pero si quedó la fecha y no la compañía individual, no dudes que lo importante era la fecha.
El tiempo es eterno… uniforme.
Una fecha no es nada si no constata el principio o el final de algo.
Las personas somos más que el tiempo, somos presencia y ausencia.
Pudiste disfrutar de esa persona y ahora puedes añorarla.
Un oyente de Fedeguico
Medusa(fragmento)
Me pregunto si me he escapado.
Mi mente se devana hacia ti,
viejo ombligo apercebado, cable transoceánico,/
que se mantiene, al parecer, en maravilloso estado de/
conservación.
En cualquier caso, siempre estás ahí:/
trémula respiración al otro lado de mi línea,/
curva de agua que se levanta
en dirección a mi baqueta zahorí, deslumbradora y/
agradecida, tocona y lamedora.
Yo no te llamé.
Yo no te llamé, en modo alguno.
No obstante, no obstante,
navegaste hacia mí por el mar,
gruesa y roja placenta
que paraliza el pataleo de los enamorados./
Luz de cobra
que exprime el aliento de las campanas de sangre/
dela fucsia. Yo no podía tomar aliento,/
muerta y sin dinero,
sobreexpuesta, como una radiografía./
¿Quién te crees que eres?
¿Una sagrada forma?¿María la llorona?/
No probaré bocado de tu cuerpo,
redoma en el que vivo,
lúgubre Vaticano.
Estoy terriblemente harta de la sal caliente./
Verdes como eunucos, tus deseos
se mofan de mis pecados.
¡Aparta,aparta, angiloso tentáculo!
No hay nada entre nosotros.
***
Sylvia Plath, de Ariel, ed.hiperión
Dedicado a ti amigo( y picado a mano, nada de copiar y pegar, jajajaj!!!).
Gracias por recoger el guante Babeuf, pero pásale la bola a alguien que se te ha olvidado.
Quién sabe... Quizás esa Mujer anda escribiendo por ahí que tambien volvería al lugar dónde la quisieron..
(El murciélago de la Cueva)
Inquietante sugerencia, Murciélago.
Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.
la foto que todas las cadenas que retransmiten San Fermín temen y esquivan
Verás Txutxi, eso es lo que yo ví en Pamplona, las dos veces que estuve en San Fermín. Y escogí la foto sin intención, porque me pareció natural.
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