U.G.T. Madrid

Los que tenéis la costumbre de pasar por aquí, ya sabéis de mi militancia en Comisiones Obreras. Y todos sabéis de la rivalidad, por mucho que se hable de unidad de acción, que hay entre los dos grandes sindicatos.

Pero hoy me pongo a escribir para, desde CC.OO., aplaudir a UGT.

En el Congreso Regional del “sindicato hermano”, José Ricardo Martínez, el reelegido secretario general, empezó su discurso agradeciendo a Esperanza Aguirre su no asistencia al congreso, porque “es la única persona que no hubiese sido bienvenida a la Casa del Pueblo de Madrid" . Lo cual honra a la Casa del Pueblo de Madrid.

Y siguió hablando de la beligerancia de la presidenta regional por los liberados sindicales: “Hoy también en los medios de comunicación muestra su preocupación por los liberados sindicales ¿Cuándo se va a enterar, la primera liberada de la Comunidad -que es ella-, de que los derechos sindicales son derechos constitucionales? Le voy a decir una cosa: ojalá hiciera su trabajo como presidenta con una parte mínima de la dignidad con la que los delegados de UGT y CC.OO. defienden a los trabajadores en Madrid, ¡ojalá! Y voy a acabar ya mis referencias a ella porque no se merece que se hable de ella en un congreso de UGT... Haría bien en preocuparse menos de nuestros liberados y más de sus imputados".

Sólo le faltó al compañero José Ricardo recordar a la presidenta cuántos “liberados del Partido Popular” hay en la administración regional madrileña, y cómo han sido nombrados, saltándose todos los pasos legales o convencionales, no como los liberados sindicales. "Aguirre, madre abadesa de este convento ultraliberal que ha montado en la Comunidad de Madrid, tiene en torno a la falda de su hábito a un modestísimo monaguillo campanillero... me refiero a Juan José Güemes, que el único mérito que tiene es el de ser yerno de Fabra y sólo por eso está colocado en el Gobierno de la Comunidad de Madrid", recalcó el reelecto secretario regional de UGT.

"Éste es un personaje lamentable, me atrevería a decir incluso que patético en sus comportamientos, y que desde luego desluce, si cabe deslucir aún más, la política del Gobierno de la madre abadesa". Es educativo meterle caña al Borja-Mari de la Presi.

Echo en falta en el acto de cierre que preguntara a los “liberales” (no a los liberados), que tanto admiran el funcionamiento de la empresa privada por qué se dejan la vida para conseguir un enchufe en la administración pública que tanto desprecian, y por qué no se van a trabajar en una empresa privada de esas que tanto adoran, en lugar de dedicarse a destruir los servicios públicos.

También le faltó al compañero llamar a Esperanza Aguirre por su nombre: despreciable detritus reaccionario.

Pero bravo por la Unión General de Trabajadores.