miércoles, 20 de mayo de 2009

Palabras

En mi adolescencia era frecuente que, entre los amigos, nos enzarzáramos en discusiones bizantinas. Creíamos que sabíamos de todo, y no sabíamos de mucho. O de nada. Muchas veces, la forma de acabar con las disputas interminables era acudir al tumbaburros: el diccionario.


Hoy, en el Congreso, y debatiendo sobre la sentencia del Yak-42, una diputada del PP, personaje irrelevante, que no merece una búsqueda en google para localizar su apellido, acusó a la ministra Chacón de ser Indigna y abyecta. Acudamos pues al tumbaburros:

Indigno: Aplicado a personas, y a lo que hacen o dicen, merecedor de desprecio.





Abyecto: Adjetivo. Aplicado a personas y, correspondientemente, a sus acciones y cualidades, se dice del que comete o es capaz de cometer acciones en las que hay falsedad o traición, y cobardía, bajeza. Bajo, despreciable, innoble, mezquino, rastrero, ruin, vil.



(Fuente: Diccionario María Moliner, que muchas veces es mejor que el de la RAE).



Y estas señoras que pongo aquí, son familiares de las víctimas. No pudieron entrar a la sala, y se enteraron de la sentencia del Yak 42 en la puta calle. Y respondieron con lágrimas, como en estos últimos años. Con los ojos hinchados, ya acostumbrados al enrojecimiento y al picor. Pero no son los ojos lo que más duele.

7 comentarios:

Caminante dijo...

Es mala gente que camina, aprovechando el título del libro. No tienen conciencia, no fueron educados para ello, sólo para el fingimiento y la apariencia... y el no importarles los demás un bledo.
Utilizan todo para sus fines, sus intereses particulares o de grupo -su grupo- El interés general les parecerá una payasada de "progres"? quizá ni eso, quizá piensen que es algo ya superado, una tontería "de los de abajo". Arriba y abajo, como en la serie inglesa. SALUDOS Y BUENA NOCHE. paquita

RGAlmazán dijo...

En todo el blanco. Has dado en la diana. Les viene al pelo esos magníficos adjetivos.

Salud y República

Aprendiz de Mucho dijo...

Lo que me parece una falta total de respeto y un soberano ninguneo, es celebrar el juicio a puerta cerrada, como si las gentes allí congregadas, fuesen simples convidados lejanos, como si casualmente pasaran por allí. esto es una barbaridad, los que se encontraban en la puta calle, eran los familiares directos, las victimas "vivas" y tenian todo el derecho del jundo a estar presentes en el juicio.

Blanca dijo...

Las lágrimas de la gente común les importan un bledo, a los jueces y a muchos políticos.

Quienes deberían llorar ríos de lágrimas son los que siguen mancillando escaños, los jueces que perdonan corrupciones, los que votan y apoyan a políticos sinvergüenzas, cansados de darse golpes de pecho, como si así pudieran perdonarse sus culpas.

El común de los mortales solo es un semillero de votos para que ellos puedan seguir destrozando las ilusiones ajenas y atormentándonos cada día, con su sola presencia, en los medios. Para los que se creen por encima del bien y del mal, nosotros no somos nada, somos menos que nada y como tal nos tratan... como tal trataron a los muertos y a sus familias, peor que a perros...

Y los que se manifiestan ante la puerta de los juzgados, a los que tantas veces acuden ahora los infames militantes del PP, para aplaudirles, para ensalzar la mierda que desprenden, son exactamente iguales a quienes apoyan: pura basura.

Lamentablemente en España ya no hay sol, solo espesos nubarrones de codicia, corrupción y cinismo. Los que declaramos nuestra amargura somos cada vez menos, gracchus y es tristísimo.

Maripuchi dijo...

Uf

SPOOK dijo...

Uno de los efectos perversos, uno más, de las listas cerradas es que esta señora¿? represente a diez millones de ciudadanos.

Naveganterojo dijo...

Indigno y abyecto...esta "señora" ha encontrado los mejores calificativos para el partido en el que milita.
Ya puede dimitir como diputada, ha echo su mejor trabajo en el tiempo que lleva en el PP.
Un cordial saludo

Pero no acompañó a Eduardo

Pero no acompañó a Eduardo