viernes, 6 de junio de 2008

¿Conciliación?

Mi jefe no madruga. Acostumbra a llegar entre diez y diez y media. A las dos y media sale a comer, todos los santos días invitado a sitios de lujo por empresarios que le hacen la pelota.

En los grandes restaurantes, no se come el menú del día en cuarenta minutos. Con la sobremesa y las copas, nadie sale antes de las cinco y media. Total, que por la tarde, el trabajo lo retoma a las seis, y con la barriga (y la cabeza) llena. A poco que haga, le dan las ocho. Y eso si no hay toros, o concierto en el Real, o cena.

Y se queja de que por las tardes todo el mundo se va y se queda casi sólo.

Son horarios ridículos, que no tienen nada que ver con la productividad, ni con el trabajo, sino con el despilfarro, la huida del hogar, dejado en manos de la mujer, y con una cultura de presencia. Cultura de presencia en el trabajo, donde está mejor visto quien se pasa las horas muertas, dejándose ver, que quien llega a las siete y media de la mañana, hace su trabajo, y sale escopetado, a recoger a sus hijos al colegio.

Mi jefe pretende pagar más a los que se eternicen en la oficina. Pagará a vagos, borrachos, tripones, jugadores de mus y evadidos de sus responsabilidades familiares.

10 comentarios:

Freia dijo...

En ese aspecto siempre me han gustado los estadounidenses: está mal visto que alguien se quede a hacer horas fuera de su horario laboral porque el trabajo suele estar adecuado al horario y el que no lo termina a tiempo: una de dos: o es inadecuado para ese puesto o es un vago.
Mi central del banco estaba lleno de individuos como tu jefe; sólo que encima eran unos pringaíllos: eso sí, presumían de ir al trabajo para no soportar a la mujer y los niños.... ejemplar.

Anónimo dijo...

Exacto. Lo habéis clavado¡

RGAlmazán dijo...

Justo lo que ocurría en mi empresa. Yo siempre lo critiqué abiertamente y llegue a hacer apuestas con el jefe y demostré que a pesar de irme a las cinco y el a las ocho, yo trabajaba mucho más tiempo neto que él.
Lo que en realidad este tipo de jefes quiere es la disponibilidad para él, no para la empresa. Quiere que siempre haya alguien cuando él esté, lo demás es secundario.

Salud y República

Blanca dijo...

El día que en España haya empresarios y no "tratantes", habremos entrado en la modernidad.

Maripuchi dijo...

Creo que me tengo que desperezar... he creído oír en la radio viniendo hacia Madrid que la UE va a aprobar el lunes una directiva por la que se amplían las jornadas laborales a las 65 horas semanales...
He debido oír mal, sin duda...

Calculad las horas... Así hasta yo me pongo a luchar por la independencia de Euskalherria o de lo que haga falta.

Y mientras... los jefes... con horarios risorios... Y lo peor, Babeuf, es que seguramente, el cabrón, después de las 8 se irá con la amante...

Hijosdeputa.

Angel Adanero dijo...

Creo que te supero. Mi jefa a lo mucho una hora y media (a lo mucho dos) en el trabajo, demostrable. Y todo el día diciendo lo liada que está, que no tengo tiempo para esto, que llego tarde a no se donde... Y es salir a la calle y la ves entrando en un comercio, tomándose un café con uno, comiendo con otra, saliendo del masajista. Vamos, un stressssssss...
Eso si, si te tienes que tomar unas horas para ir al médico o algún asunto personal irreemplazable ya estamos con la cosa de que si se pierden horas, que la productividad, que si esto que si lo otro.
Lo de las 65 horas de las que habla Maripuchi es para ponerse a temblar. Lo escuche en la radio y nadie daba explicaciones de como sería el tema. Que eso suele ocurrir cuando nos la van a clavar hasta donde pone Toledo. A mi no me salen las cuentas, me parece una locura y un retroceso tremendo.

Por cierto monsieur Babeuf, he leido un comentario suyo en la web de la SER sobre el tema del alcalde y la virgen. Muy bueno. Ilústrenos en su bitácora con una entrada sobre el tema. Yo es que de alcaldes se poco y de vírgenes aún menos.

Un saludo.

Paco dijo...

Has hecho un retrato exacto de lo que aquí ocurre. Lo peor de todo es que muchos lo ven normal.

Naveganterojo dijo...

Has dibujado a la perfeccion a ciertas personas de mi lugar de trabajo,ellos se quedan hasta que el jefe se va y al momento tambien desaparecen ellos,pero miran mal a los que despues de una jornada agotadora,salimos que perdemos el cu...
Lo curioso es que tambien tienes razon cuando dices que son tripones y evadidos,pues casualmente los que lo hacen no se pueden ver los pies por que unos quilillos de grasa se lo impiden.
Salud

Euphorbia dijo...

Genial, has retratado tambien a un ex jefe mío que en su casa no debían recordar la cara que tenía pero al menos a mí no me decía nada por irme a mi hora.
Un beso

HIPATIA dijo...

En algo estoy de acuerdo: con estos horarios no hay modo de conciliar la vida laboral y familiar.
Nos obliga a decidir entre el progreso profesional (y económico) o personal, ambos son incompatibles.

Pero en mi opinión su comentario, y alguno de los que le han seguido, han derivado por la senda fácil y demagógica de culpar “al jefe”.
En este asunto el jefe no es problema ni la solución.
Los jefes tienen los mismos defectos (y virtudes) en España y en el resto de Europa, pero los horarios NO. Es más, los jefes alemanes, franceses o ingleses cambian su horario cuando trabajan en España. Y los españoles que trabajan en Europa respetan el horario europeo.

Pero no acompañó a Eduardo

Pero no acompañó a Eduardo