sábado, 24 de noviembre de 2007

La ley de oro de Comisiones Obreras

Hoy Javier, el Bolchevique, ha escrito una entrada desencantada, sobre nuestro sindicato CC.OO.

No sabía si contestar o no, pero en Informe Semanal han emitido un reportaje biográfico sobre Marcelino Camacho. Y me he calentado.

Queridos compañeros de Comisiones Obreras, desencantados con la tarea de nuestro sindicato:

Nuestra organización no será ni más ni menos de lo que nosotros seamos capaces de hacerla. ¿Que Comisiones es un núcleo de burócratas ávidos de fondos de formación? Pues será porque tú lo has permitido, o has colaborado con ello.

Los sindicatos no son más de lo que los militantes seamos capaces de constuir.

Estamos tan lejos de las necesidades de los trabajadores como nosotros mismos escojamos estar.
Estoy cocinando un convenio nuevo en mi empresa. En nombre de Comisiones Obreras. No sé si lo estoy haciendo bien o mal. Pero después de leer o de ver algo sobre la vida de Marcelino Camacho, siento un poco de vergüenza.
Sin embargo, no me atrevo a culpar a nadie. Somos nosotros los responsables.




Se me olvidaba: ¿Cuál es la ley de oro de Comisiones Obreras?

Todo Secretario General será infinítamente inferior a su predecesor, hasta que alcancemos la nada. Comparad a Marcelino Camacho con Antonio Gutiérrez, y a éste con Fidalgo.

(Yo también soy Secretario General de mi Sección Sindical. Y me aplico el cuento.)

9 comentarios:

AF dijo...

No se caliente, don Gracchus. La realidad que la gente percibe en CC.OO. desde hace más de una década (por ser prudente) es muy negra. Es ya un lugar común decir que el sindicato se ha convertido en una empresa de servicios en lo exterior, y en una máquina de alimentar estómagos en lo interior. No ha hecho más que seguir el modelo de tantos sindicatos europeos, sólo que éstos (pienso en los famosos sindicatos alemanes, con IG Metall a la cabeza) han procurado matener un ascendente sobre sus afiliados que les ha permitido sacar de vez en cuando la cabeza y dar el puñetazo en la mesa con una huelga fuerte. ¿Podría usted imaginar hoy una huelga general en España con estos sindicatos (UGT no le va a la zaga a CC.OO.)?

Lo que usted afirma respecto a la responsabilidad de cada trabajador afiliado en que la realidad del sindicato sea la que es, no es que sea mentira. Es verdad. Pero que esos mismos trabajadores, por generación espontánea, puedan desembarazarse de su estupor y actuar organizadamente para invertir la marcha es tan improbable como que de repente la gente se convierta al izquierdismo revolucionario armado y decida instaurar el socialismo por las armas.

Comprendo sus quejas, pero hay que admitir la realidad y los argumentos que la sustentan.

Un saludo.

Maripuchi dijo...

Es difícil, en los tiempos que vivimos, que una oveja se salga del rebaño...
Así pues, pese a que tienes toda la razón en que la responsabilidad es conjunta para todos los que militamos en CCOO, yo no me reúno con nadie en la FAES ni con la CEOE... ni firmo convenios, ni... vivo en Montepríncipe...

Luis dijo...

Visto de fuera, tengo la sensación de que en los sindicatos ocurre lo mismo que me ocurre a mí en la Universidad: como "esto se hunde", nadie hace nada al respecto. Más aún, la gente se escuda en el cinismo (¡estos de Comisiones van a por las pelas!) para escurrir el bulto y efectivamente, hundirlo todo un poco más. Sin embargo, los desengañados se engañan, como diría Lacan. A veces hace falta que un "idiota" vaya y se crea las consignas oficiales como que de verdad el sindicato está luchando por la clase obrera. Esos "idiotas" son los que cambian las cosas.

Anónimo dijo...

Creo que CC.OO. tiene que hacer algo más que autocrítica, tiene que hacer limpia de dirigentes, gracchus...

No son sólo las últimas informaciones sobre la Paredes y sus negocios (y el silencio canalla y cómplice de Fidalgo), es que son las declaraciones de Fidalgo desde la sede del PP cuando los catalanes trajeron su estatuto al Parlamento; es que son las dudas para ir o no ir a la manifestación de todos (menos el PP) contra el terrorismo; es que son los pactos ignominiosos con el alcalde de Madrid sobre Sintel; es que son las dilaciones para firmar un convenio que favorece a todos los trabajadores de la AEAT; es que..., son muchas cosas, Gracchus, me temo que todas fruto de aquella pinza que hizo Anguita con el PP.

Yo soy de UGT desde hace muchos años, o sea que ya te imaginarás que también sé de que hablo, cuando hablo de autocrítica y depuración de responsabilidades. La PSV (y la venganza de Felipe González por nuestro apoyo a la huelga general del 14D), pero me siento tan unida a CC.OO. como a UGT porque creo firmemente en la unidad sindical de los sindicatos de clase, los de verdad, no esa mierda corporativista y amarilla que menudea por tantos sitios.

Aparte de todo, creo que el sindicalismo necesita una profunda revisión, y no precisamente para convertirse en empresas de servicios y balnearios. Hay mucha lucha en nuestro mundo moderna, las clases siguen existiendo, las condiciones de vida de los obreros, casi todos emigrantes, empeora, etc, etc, etc,...

Suerte, compañero¡

(y un besito)

Raúl Pleguezuelo dijo...

Dices verdades como templos amigo Babeuf, he de confesar que dentro de la distancia que tengo con los sindicatos, siempre he sido más de comisiones que de la UGT, es en los últimos años cuando estoy teniendo mejor relación con la unión general de Trabajadores.
Siempre he admirado a Marcelino Camacho, como persona y como representante "real" de los trabajadores. Con Gutierrez también sentía cierta admiración, pero como político, no tanto como sindicalista, al final ha terminado siendo compañero de partido, cosa que siempre intuí que sucedería.
De Fidalgo, no digo nada para no herir sensibilidades, pero como tu dices, un sindicato lo dirige quien sus afiliados deciden que lo dirijan. Fidalgo Ya dijo en su día que una vez elegido, sus afiliados se convertían en súbditos.
No engañó a nadie.

J. G Centeno dijo...

Tiene mucha razón, monsieur Babeuf, la situación es, en gran medida fruto de nuestra desidia, me refiero a mi y a los que han actuado como yo. Intentaremos ponerle remedio, y desde luego Marcelino Camacho es un referente para muchos, y no se trata de nostalgia sino de coherencia.

Blanca dijo...

Ay, si yo hablara de los sindicatos, pero prefiero callarme porque veo cada día a mi alrededor cosas como para morirme bien muerta.

Comisiones murió el día que lo dejó Marcelino y la UGT, aunque soy afiliada, me enrojece muchas veces... y no hablo de ideología precisamente...

Anónimo dijo...

Qué razón tienes, blanca querida¡ si yo también contara..., bueno, eso un día que nos vayamos de merendilla.

Un besito,

Antonio Parra dijo...

Joder Grauchus y cia ¿aún creeis en los sindicatos y sus dirigentes?.
Yo hace tiempo que pensé que estos parásitos que dirigen organizaciones sindicales, eran eso, PARÁSITOS.
Yo, como soy autónomo, no me defiende nadie, tampoco me hace falta defensa. Juego al ataque y a veces salgo goleado.

Pero no acompañó a Eduardo

Pero no acompañó a Eduardo