jueves, 11 de diciembre de 2008

Cuidado con Fraga

Acaba de declarar que a los nacionalistas "habría que colgarlos de algún sitio".

Que nadie se tome esas palabras a broma, que yo conozco a Fraga.


Le recuerdo de rodillas, camisa azul y chaqueta blanca, jurando los Principios Fundamentales del Movimiento. Le recuerdo como Delegado Nacional de Falange Tradicionalista Española y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista. La FAES de aquella época.



Años antes, desencadenada la Guerra Civil, fue internado con su hermano José en un colegio de Lugo. Allí vio por primera vez a Franco, de quien, según cuenta en su Memoria breve de una vida pública, le «impresionó el aspecto, la voz y la forma de hablar», y, al igual que muchos jóvenes de la zona nacional, se sintió plenamente identificado con el lema «mitad monjes, mitad soldados».


Tan profundo era el sentimiento católico de su juventud, que al finalizar los estudios dedicó el verano de 1936 a realizar ejercicios espirituales en el monasterio benedictino de Samos, donde consideró seriamente la posibilidad de hacerse cura. Esta arraigada religiosidad, ajena a toda duda, nunca habría de abandonarlo, y le llevaría aun en su vejez a pronunciar frases como ésta, referida al infierno: «Creo en todo lo que manda la Santa Madre Iglesia, de modo que no discuto ninguno de sus dogmas».


Le recuerdo en su primera candidatura en las elecciones generales del 77 con los siete magníficos: Gonzalo Fernández de la Mora, Licinio de la Fuente, Laureano López Rodó, Federico Silva Muñoz, Cruz Martínez Esteruelas y Enrique Thomas de Carranza. Y el propio Fraga, claro. Daban miedo. Fundó el partido para luchar mejor contra lo que él denominó "los más peligrosos enemigos de España: el comunismo y el separatismo".


Le recuerdo en la mesa del Consejo de Ministros del Dictador fascista, dando el "enterado" del gobierno a las sentencias de muerte. Era ministro cuando el régimen asesinó a Julián Grimau.Le recuerdo, ya subdito del rey, como ministro de gobernación, y cómo la policía disparaba a discreción en Vitoria contra una manifestación de obreros. Recuerdo que murieron cinco trabajadores, pero no recuerdo cuántos heridos hubo puesto que no acudían a los hospitales, porque la policía los recorría buscándoles. Nadie sabe aún hoy cuántos heridos hubo. Recuerdo a Fraga, y sus cuerpos de seguridad asesinando en Montejurra, para evitar que el movimiento carlista fuera controlado por demócratas, autonomistas o incuso autogestionarios. Le recuerdo vociferando aquello de "la calle es mía". Y cómo, todavía en su mandato, y bajo la benéfica corona del Borbón, algunos policías entraban, en invierno, a las comisarías a calentarse las manos. Recuerdo muchas más cosas del presidente fundador del Partido Popular.



Cuidado los nacionalistas. Los nacionalistas españoles no, los otros. Cuidado. Que cuando Fraga amenaza, hay motivos para sentir miedo. Que de ejecuciones sabe un huevo.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues después de los nacionalistas, vamos los rojos, compañero¡

y ya sabemos cómo se las gasta el camarada Fraga...

Fet dijo...

"...le «impresionó el aspecto, la voz y la forma de hablar»"
No, si muy normal no fue nunca, este hombre...

fritus dijo...

envidio a los alemanes por ser una república federal...

el nacionalismo español bórbonico..el que creó de la nada ( o de copiar el modelo francés) esa España irreal que hoy tenemos, fue el primero históricamente...y la causa y origen de los demás.

en fin...

Blanca dijo...

Lo que dice Fraga tiene bula papal, en premio a su meapilismo.

En cuanto a la diferente vara de medir que emplea esta derechona que tenemos que padecer, por mucho que los medios, si es que alguno les diera caña, y las personas humanas como tu, o como yo, o como cualquiera con un poco de inteligencia, nos cansemos de propagar, los "rojos" no podemos hablar, aunque digamos verdades como montañas, porque los tontos de los cojones tienen libertad de expresión para insultar del rey abajo...

Aprendiz de Mucho dijo...

Los nazionalistas puede que den miedo, pero Manolo, el del bombo y el bombin, ni me da miedo ni lastima. Asco y risa, alegria malsana posiblemente, por saberle cerca el final. Y si existe un mas alla, le estarán esperando "sus sentenciados" para hacerle mas amarga la eterniddad.
salut

Naveganterojo dijo...

Siguendo la linea mental de "los pasos" te diria que despues de nosotros,(los rojos), iran los judios, despues los gitanos despues.....
Malditas mentalidades fascistoides.
Salud y (por mas que le joda a Fraga), republica

J. G Centeno dijo...

Saca usted las cosas de contexto, todo eso fue antes de ejercer como embajador en Londres donde se empapó de cultura democrática. Luego fue ministro de Gobernación y tuvo una actuación ejemplar en Vitoria, aclarando los asesinatos de Arturo Ruiz, Mª Luz Nájera y Carlos González, a manos de su policía, o los sucesos de Montejurra, etc...¿A quien decía usted que hay que colgar?

Naveganterojo dijo...

Don Gracchus, ¿que es de su vida?, se echan de menos sus entradas.
Deje de lado un poco la pereza navideña y... animo.
Un saludo

Pero no acompañó a Eduardo

Pero no acompañó a Eduardo