lunes, 15 de octubre de 2007

Rebote



Mi origen es socialdemócrata. En un instituto dominado por compañeros de Juventudes Comunistas, yo insistía en representar al PSOE. Creo que me aceptaban como mascota, que de alguna manera escenificaba la unidad de la izquierda a nivel de tercero de BUP.

Por lo tanto, acepté la Constitución, con sus luces y sombras, pero con muy buena cara. Me costó más lo de la bandera, pero finalmente tragué. Los del PC tragaron antes, así que toda la izquierda parlamentaria aceptaba una bandera que, en origen, nos era extraña. Incluso con el escudo monárquico.

A toro pasado es muy fácil decir que la Constitución fue un error, una rendición. Pero en aquella época, era o eso o nada. De hecho, en el referendum constitucional, la alternativa eran las viejas Leyes Fundamentales del Movimiento.

Salió, a cambio, un Estado con un régimen autonómico muy amplio, que se apresuraron a corregir con la LOAPA (Ley Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico). Se incluyó la objeción a la mili, el divorcio y el aborto, la progresividad de los impuestos, la riqueza subordinada al interés general…

Repasando esos avances, podemos llegar a la conclusión que se han quedado en casi nada. Pero es muy fácil criticarlo ahora. En 1978 nos pareció a muchos que era un paso importante.

Veintinueve años después, casi toda la derecha española se ha reinstalado en un patriotismo de cuarto de banderas y sacristía. Las banderas sirven para amenazar a ministros “rojos” y “amigos de los maricones”. Rajoy, desde un discurso institucional, nos dice qué bandera nos representa a los “españoles de bien”, cuáles son los símbolos de todos. La lealtad a las instituciones se respeta sólo si beneficia a la derecha, pues en caso contrario ni se respeta la composición del Tribunal Constitucional ni del Consejo del Poder Judicial.

Y me da en la nariz que todo el esfuerzo que hicimos por aceptar la bandera que entró en Madrid manu militari, efectivamente fue una estafa.

Cuanto más me machacan con las patrias menos me apetece ser un español de bien, y cada vez me representa menos esa bandera.




(Off Topic: En esta foto se ve a un español de bien utilizando el mástil del sagrado símbolo patrio a modo de tranca, como ha hecho la derecha de este pobre país toda la vida. Francisco Granados, Secretario General regional del PP, salió en defensa de ¡los agresores!. No nos debe extrañar de un señor que, cuando misteriosamente se le quema el coche, se descubre que está a nombre de una constructora del pueblo de donde fue alcalde.)

8 comentarios:

Txutxi dijo...

Tienes razón, tanta bandera y patriotismo rancio me tienen hasta el moño, estoy harto de oir hablar de españoles de bien, de naciones y símbolos, cuando los problemas de verdad que son los que tendrían que importar no tienen patria. Aunque suene a tópico nunca me cansaré de repetirlo, y por supuesto, me trasnformaré en un mal español.

Maripuchi dijo...

No sé cómo fue en el 78. Yo era una nena... pero ahora, 30 años después, es hora de pegarle una lavada y una planchada a la Consti ...

Naveganterojo dijo...

Tienes razon gracchus,por aquel entonces nos parecio la mejor cosa que podria ocurrirle a este pais,pero...muchos la han usado a su antojo,en su propio beneficio y en perjuicio de otros.
La han usado tanto y la han mancillado tanto que ya no la considero la constitucion que yo vote.
Y por supuesto la bandera tampoco es la mia,pues le han quitado un color.
Salud

Raúl Pleguezuelo dijo...

Te equivocas amigo, tu eres un español de bien. Un español de bien es el que respeta a los demás españoles, es el que quiere una sociedad más justa e igualitaria para sus compatriotas.
¿Quien es ese desgraciado para decidir quien es un español de bien?
Se apropian de los símbolos, que como tu dices con mayor o menor esfuerzo aceptamos todos y ahora se apropian de la condición de ser español.
No y mil veces no, ya estoy un poco harto de poner la otra mejilla.
En la España actual y futura, los verdaderos españoles son los que respetan las reglas del juego democrático, los demás lo enmascaren como lo enmascaren, no son más que traidores.
Salud.

SPOOK dijo...

Totalmente de acuerdo. La constitución actual es la MEJOR que pudo redactarse para que obtuviera la necesaria aceptación mayoritaria.
Mi reconocimiento al éxito de los políticos que aquél año consiguieron pactar dicho compromiso.

Transcurridos treinta años parece conveniente introducir algunas modificaciones.
Es necesario que en las próximas elecciones sepamos elegir a los políticos que sean capaces de encontrar el acuerdo y compromiso que satisfaga a todos (o casi). Una reforma constitucional no es políticamente válida si sólo satisface al 51 %.
Con el actual equipo del PP y su obsesión por exagerar las diferencias entre los españoles,con su mezquina apropiación de lo que es común a todos los ciudadanos, así como la demonización del adversario será imposible alcanzar la mayoría necesaria para reformar la Constitución.

Eulalia dijo...

Al parecer aquí intentar modificar, ni que sea con enmiendas como en América, a nuestra santa, sagrada e inmaculada constitución, es, cuando menos, pecado mortal, de esos de fuego eterno como los que predican las cucarachas.
Y deben pensar que, como dice Gardel, "30 años no es nada" (¿o eran 20?) y que el texto, pactado en aquel momento para no jorobar el invento, será "per in secula seculorum".
Saludos.

rosamari dijo...

En el 78 estábamos contentos y aliviados. Contentos, porque como muy bien dices, era un avance desde la nada, aliviados porque se consiguió con un consenso total, donde todos los partidos (incluidos los de la derecha), supieron dejar en el camino muchas de sus aspiraciones.
Desgraciadamente, veo que los partidos más a la derecha, no lo hicieron nada convencidos y día a día critican todo lo que se hace y van arañando, arañando, poniendo todo en manos del constitucional. Es una dicotomía que tiene al personal totalmente trastornado.
Si hay que darle una lavadita a la Constitución, pero como siempre, en este país nuestro, parece que lo tenemos todo cogido con pinzas y a cada momento parece que va a saltar todo por los aires.

Freia dijo...

Pues sí, el rebote está más que justificado. Y además ha desaparecido buena parte de esa derecha civilizada que por aquel entonces representaban Areilza o Rodríguez Sahagún, incluso Senillosa que, quizá, hizo algo menos difícil y precario el consenso. Sin embargo, lo que nos queda hoy es una derecha cutre, reaccionaria, ambiciosa, especuladora, chulesca, violenta, falta de escrúpulos y descaradamente franquista... y lo peor es que ocupan muchos escaños. Al final, la reforma de la Constitución se ha convertido en una promesa electoral incumplida, al menos en esta legislatura. Lo que está muy, pero que muy claro es que tenemos que impedir con nuestro voto que esta gentuza pueda llegar a ganar...¡Ni por asomo!
(Gracchus, siento no haber contestado antes al comentario que dejaste en mi post sobre las variaciones Goldberg. Lo he hecho hoy; si quieres echarle un vistazo, sabes que siempre eres bien recibido)

Pero no acompañó a Eduardo

Pero no acompañó a Eduardo