En julio, mi amigo Animal Político publicó una meditada entrada, como todas las suyas, sobre sus impulsos dionisiacos.
Inmediatamente cogí un avión de bajo coste, nunca cogí un vuelo más puntual, y me planté en la isla de Naxos, en el centro del Mar Egeo, lugar natal del perverso Dionisos.
Tras buscarlo por toda la isla, finalmente lo encontré, tumbado en la ladera de una montaña.
Sus adoradores comenzaron a erigirle una estatua monumental, de más de diez metros, pero a mitad de trabajo cambiaron de idea, y se entregaron a actividades mucho más dionisiacas, como el vino o el sexo.
Desde entonces lleva 2600 años tumbado en su cantera, sin importarle la inactividad, posiblemente debido a las excelentes vistas sobre el puerto de Apollonas.
Me dio recuerdos para ti, Animal, y me contó secretos que mi pudor me impide repetir aquí.
Inmediatamente cogí un avión de bajo coste, nunca cogí un vuelo más puntual, y me planté en la isla de Naxos, en el centro del Mar Egeo, lugar natal del perverso Dionisos.
Tras buscarlo por toda la isla, finalmente lo encontré, tumbado en la ladera de una montaña.
Sus adoradores comenzaron a erigirle una estatua monumental, de más de diez metros, pero a mitad de trabajo cambiaron de idea, y se entregaron a actividades mucho más dionisiacas, como el vino o el sexo.
Desde entonces lleva 2600 años tumbado en su cantera, sin importarle la inactividad, posiblemente debido a las excelentes vistas sobre el puerto de Apollonas.
Me dio recuerdos para ti, Animal, y me contó secretos que mi pudor me impide repetir aquí.
1 comentario:
Estimado Gracchus, honor que me haces. No conocía esta historia. Ni idea. Y eso que estuve en el mismo puerto de Naxos unos minutos en mi trayecto desde Mykonos a Santorini.
Espero que hayas disfrutado de Grecia al menos tanto como yo.
Saludos y gracias otra vez.
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