Esto le respondió Esperanza Aguirre a la portavoz de IU en la Asamblea de Madrid, Inés Sabanés, ante la petición de responsabilidades por el escándalo de los espías.
Y es esa frase lo que mejor describe el desprecio de la lideresa por las instituciones, por la legalidad y por la oposición. Es la enésima manifestación de desahogo y chulería barriobajera. Qué mala educación proporcionan las monjitas. Qué pena de la Comunidad de Madrid, en manos de una déspota, que se sabe inmune incluso ante la justicia.
Podrán seguir, ahora más que nunca, chapoteando en sus negocios, sus adjudicaciones, su trama de espionaje y favores de ida y vuelta.
Da igual que las noticias nos traigan al testigo de la boda de Agag-Aznar enchironado. O registros en las alcaldías de Majadahonda o Boadilla del Monte. Los vicepresidentes podrán pagar viajes a Sudáfrica, en compañía de contratistas, con ocho mil euros que llevaba, casualmente, en efectivo en el bolsillo interior de su chaleco. Los vicepresidentes segundos le comprarán un cochecito molón a su santa, y el coche seguirá a nombre de una constructora. La presidenta podrá adjudicar una licencia de televisión al empresario que pagó a los escoltas del tamayazo.
Pero a Ella se la suda todo: “Mire cómo tiemblo”.
Pues escuche, señora presidenta de la Comunidad de Madrid: Muchos estamos decididos a verla temblar. Y me comeré el sombrero, pero usted temblará.