lunes, 26 de febrero de 2007

Me acuerdo de Enrique Casas. Yo tenía 22 años.


Lo dice desde Salamanca Animal Político, y como escribe mejor que yo, pues lo copio y os recomiendo que comentéis en su página:


"Enrique Casas, senador socialista, fue asesinado por ETA el 23 de febrero de 1985, cuando entraba en el portal de su casa de San Sebastián, en plena campaña electoral. Su asesino, José Luis Merino Quijano, fue excarcelado en 2001, bajo el Gobierno del PP, cuando llevaba cumplidos solamente 17 de los 57 años de cárcel a los que fue condenado.


En el aniversario de su muerte, su viuda, la europarlamentaria Bárbara Dürhkop, denunció la 'doble moral' y la 'hipocresía' del PP, que se manifiesta ahora, junto a la AVT, por el caso de De Juana Chaos y contra una sentencia del Supremo, y que nada hizo en 2001, cuando pudo, en contra de la excarcelación de Merino, el asesino de su marido. Tampoco chistó entonces la AVT.


El secretario general del PSE/EE de Guipúzcoa, Miguel Buen, señaló que 'lo que más duele' es que 'la derecha intente enfrentar al PSOE con las víctimas del terrorismo'. Junto a él, además de la viudad de Enrique Casas, asistieron al acto otras víctimas, como Maixabel Lasa, viuda del ex gobernador civil de Guipúzcoa Juan María Jauregi; y José María Múgica, hijo del abogado socialista también asesinado por ETA, Fernando Múgica."

4 comentarios:

J. G Centeno dijo...

Pero monsieur Babeuf, ¿No se da ud. cuenta que hay muertos y hay mártires? Los nuestros, los de ud y los míos, son simples muertos que conviene olvidar aplelando al espíritu de la transición. Además la viuda del Senador Casas, ¿No es una de esas traidoras que no claman venganza? ¿No es de las que piensan que el mayor anhelo de su asesinado compañero hubiera sido un futuro de paz y libertad para Euskadi? ¿No hubieran pensado así Ernest Lluch, Fernando Buesa, Francisco Tomás y Valiente e incluso Fernando Múgica, a pesar de su patán hermano? Esos, y otros muchos con familiares cuasi anónimos, con familiares que no han hecho de su tragedia su "modus vivendi", su "mètier", son nuestros muertos. Los de ellos, los de Alcaraz e Ynistriellas, los de Zaplana y Acebes, son mártires caidos por Dios y por España, y como a tales les honraron en el patético acto de Colón, y deben estar haciendo guardia bajo los luceros. Cuando era niño los mártires me daban miedo, después me causaron risa, ahora sólo me producen asco y desprecio. ¡Que les den...!
Salud y república

animalpolítico dijo...

Gracias por la mención.

Amigos: sí, es claro que hay muertos de distinto nivel, y opiniones de víctimas de distinta repercusión. Las que coinciden con "sus" intereses las suben a las hornacinas. Las que no las meten bajo la alfombra.

Anónimo dijo...

El asesinato de Casas fue en 1984.

Anónimo dijo...

Nadie recuerda que este ejemplar ciudadano fue acusado por su companyero de partido Damborenea de pertenecer a los Grupos Antiterroristas de Liberacion (GAL)?
No creo sinceramente que luchase por la paz, o bueno, a lo mejor luchaba por esa paz que gusta tanto en el PSOE, la paz de los muertos

Pero no acompañó a Eduardo

Pero no acompañó a Eduardo