miércoles, 3 de septiembre de 2008

El miedo y el silencio

Mi suegra tiene setenta y tantos años.

Ayer nos lo contó, a su hija y a mí, por primera vez. El miedo atraviesa todo el siglo XX.

A su tío Ramón lo cogieron a los pocos días de su huída, cerca de Campomanes, en el alto Aller.

Lo mataron en el momento, y no se dignaron a enterrarlo. Nadie de su familia se atrevió a recoger el cuerpo. Estaban advertidos. Se dice que las alimañas de cuatro patas hicieron su trabajo. Las de dos ya habían acabado el suyo.

Setenta años después, no hay ni fosa donde excavar. Pero el miedo se esfuma, por fin.

15 comentarios:

Maripuchi dijo...

Sencillamente. Hay historias que acojonan...

RGAlmazán dijo...

Si, tu suegra ha tardado. Todavía le duraba la amenaza. ¡Qué triste!
¡Ojalá que lo de Garzón vaya para adelante! Tengo dudas.

Salud y República

SPOOK dijo...

El modo más sencillo de acabar con la libertad civil es el miedo.
Es el método preferido por los sistemas autoritarios para eliminar la libertad. Es terrorismo de estado.
Invocando el miedo, cuanto más abstracto mejor, el poder consigue que los ciudadanos admitan un nivel de control social e injerencia en la intimidad incompatible con la libertad.

Al ciudadano le priva de libertad, a la persona le despoja de dignidad.

Diego Fernández Magdaleno dijo...

Brutal y conmovedor.
Dale un beso a tu suegra de mi parte.
Abrazos,
Diego

Anónimo dijo...

Todos tenemos historias terribles que nuestras familias, las perdedoras claro, ojalá haya llegado el momento de que empecemos a contarlas.

Ya no es cuestión de la guerra, lo que nos robó el fascismo (y sus descendientes pretenden seguir haciéndolo) ha sido la memoria de la dictadura, de sus crímenes, de sus represalias, de su terror.

Un besito,

Naveganterojo dijo...

Son tantas historias,tan truculentas a veces, que el terror los ha mantenido callados muchos años.
Ojala Garzon saque a la luz todo lo que se ha ocultado tan bien durante estos decenios.
Saludos

Blanca dijo...

En mi familia paterna fue terrible, con un hermano comunista y el otro falangista... os podréis imaginar lo que hubo...

Murió el comunista, claro, de tuberculosis, agarrada en un campo de concentración tras finalizar la guerra, del cual le sacó su hermano gracias a sus "contactos"...

La hermana de ambos nunca pudo olvidar y una vez me lo contó, antes de morir... mi padre jamás habló de ello...

Gracchus Babeuf dijo...

Blanca clava lo que yo quería decir: "Mi padre jamás habló de ello".

Miedo y silencio. Y espanto.

Antonio Rodriguez dijo...

Y todavía se atreven a decir que no hay que remover el pasado,cuando solo se quiere recuperar la dignidad de los represaliados y aesinados.
Salud, República y Socialismo

fritus dijo...

emotivo post que me ha dejado sin habla, pero de emoción, no de miedo...

La iniciativa de Garzón es completamente coherente con la reciente actividad legislativa sobre memoria histórica ...pero ya tenemos al señorito repeinao de Arenas en las noticias de hoy despotricando contra "remover el pasado", quizás él ha asistido a muchas misas en la catedral de Sevilla, esa que tiene placa mortuoria en letras de oro homenajeando a Queipo de Llano, el que emitía por Radio Sevilla proclamas como la que sigue"....Estamos decididos a aplicar la ley con firmeza inexorable: ¡Morón, Utrera, Puente Genil, Castro del Río, id preparando sepulturas! Yo os autorizo a matar como a un perro a cualquiera que se atreva a ejercer coacción ante vosotros; que si lo hiciereis así, quedaréis exentos de toda responsabilidad...."esa tumba o placa de homenaje, que no sé yo muy bien ... con dorados eclesiales también habría que removerla, pero del inglés "remove". Como tantas otras.

Un abrazo

Aprendiz de Mucho dijo...

Que mal les debe oler el pasado a los fascistas cuando tienen tanto miedo a que se remueva. ¡Que se sepan los nombres y apellidos de los autores de tanto atropello ya!

Antonio Parra dijo...

El hermano pequeño de mi padre fué asesnado por los fascistas en pleno centro de mi pueblo. Mi padre, que hoy está cerca de dejarnos, jamás me habló de ello.

Anónimo dijo...

A mi tío-abuelo le sacaron del seminario, le quitaron la sotana y se la quemaron debajo de sus pies (como si estuviera ardiendo en una hoguera), después le "condenaron" a muerte y fué fusilado. Yo si sé donde está su tumba; pero no sabemos quien fueron los autores porque al parecer huyeron de Madrid y allí se perdió su pista.
¡Cuántas tragedias sin resolver!

Julián Mosquera

Gracchus Babeuf dijo...

Julián, solo pretendemos lo que Usted ya tiene: saber dónde están enterrados. Los asesinos ya se escaparon, sin necesidad de huir de Madrid.

Ginebra dijo...

Un post brillante en pocas palabras. No necesita más.... así ocurrieron las cosas en esos malditos años negros y todo bendecido por la Iglesia y su "Cruzada". Un beso

Pero no acompañó a Eduardo

Pero no acompañó a Eduardo