María Victoria Campos es una mujer joven que acaba de perder a su marido. Pero no perdió a su marido en un accidente de coche, ni como consecuencia de una virulenta enfermedad. Lo asesinaron.
Hoy la he visto hablar en televisión. Y lo más fácil para ella hubiera sido escupir odio. Yo no se lo hubiera reprochado. Apenas enterrados los restos de su compañero, lo normal sería entregarse a un odio manchado de demagogia.
Pero de la boca de María Victoria solo oí palabras de dignidad y dolor. Reconocimiento al pueblo vasco, en cuyo nombre asesinaron a su marido, y un intento de defender el sistema democrático, frente a los asesinos.
Y me ha impresionado.
4 comentarios:
NO es cierto que tengamos los políticos que nos merecemos.
SI es cierto que no nos merecemos los políticos que tenemos.
Gracias por la lección de dignidad y convivencia democrática
Todo lo contrario que otras víctimas, como el señor Alcaraz.
A ver si aprenden las ratas de alcantarilla, las pseudovictimas, los trepa-esquiladores, los pezones negros y los politicos de carrera.
Cierto, una mujer admirable.
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