Del discurso no voy a decir nada, porque fue irrelevante. De la obra sí: es el intercambiador de Chamartín, y es, o mejor, será el mayor intercambiador de transportes de Madrid. Es impresionante. A quién le guste la obra pública, recomiendo la visita. Los comentarios lo comparaban con una catedral. Como en esa zona no hay moros en la costa, sólo llevaron unas pocas afiliadas al PP, del frente de juventudes (la más joven no cumplía los setenta), que son viejas (perdón, antiguas) conocidas de otras inauguraciones. La Presi, ante los vítores y aplausos se acercó a saludarlas: "¿Sois vecinas?". Pero cómo puedes ser tan mentirosa, si las conoces porque las ha traído tu gente.
Pero claro, la obra también tiene una pega. El mural tipo 'Matrix' de 25 metros de alto. Es realmente sorprendente, como sorprendente son los dos millones de euros que ha costado, y la cantidad incalculable que costará mantener en funcionamiento sus setenta mil luminarias. Pero con que funcione hasta las elecciones, pues vale.